domingo, 3 de julio de 2011
La chica del vestido rojo.
martes, 8 de junio de 2010
28 de Octubre.
Querida Virginia:
Naciste un 31 de enero de 1989. Cuando te conocí ya tenías 3 añitos.
Siempre fuiste una niña preciosa, con el cabello rociado de sol
y unas esmeraldas bañadas en el mar por ojos…
Fueses donde fueses, eras la niña más bonita, y todos lo decían…
Pero pronto creciste, o más bien, te hicieron crecer.
Tenías que cuidar a tus dos hermanos a todas horas,
aunque eso para ti no era ninguna carga.
¿Te acuerdas el día de la comunión? Tenías 16 años
te pusiste muy nerviosa y te echaste a llorar,
siempre eras tú la que tenía que arreglar las cosas…
¿Y recuerdas las fotos que me enseñaste?
Con tu primer trabajo, de camarera chinita
y tú, como no, con tu kimono, te encantan esas cosas.
¿Sabes? Hasta que no vi las fotos no sabía que las
princesas asiáticas podrían ser rubias y de ojos verdes bañados en mar.
Pero te contaré la semana santa del dos mil ocho;
acabas de comprarte tu coche, viniste corriendo
a la plaza para que pudiera verlo,
jamás te había visto tan contenta,
parecías niña otra vez,
aunque lo que me enseñabas demostrase que no.
Después de esos días, hablamos otras veces,
siempre contándome lo mucho que te gustaba
disfrazarte todos los días de chinita.
Y… llegó el 28 de octubre de dos mil ocho…
Salí de clase, y recibí una llamada…
No me lo podía creer… no asimilaba lo que me decían.
¿Cómo podía asimilarlo después de hablar contigo unos días antes?
Pensé en semana santa, en cómo me enseñabas lo que
unos meses después se convertiría en tu propia tumba.
Cogí mi reloj, y atrasé el reloj, lo puse en el día 26…
Y esperé despertarme y que todo hubiese sido una pesadilla;
pero el tiempo no se puso de mi lado,
todo se hacía mas real a medida que me acercaba a Madrid.
“Llovía demasiado, pero no hizo caso” fue lo que escuché nada más llegar.
Seguía sin creérmelo… seguías pareciendo esa princesa asiática
gastándome una broma de mal gusto, esperé a que despertaras,
pero me dijeron que teníamos que irnos y yo seguía sin comprender.
Pasaron los días, pero era como si todo se hubiese parado,
el dolor era el mismo, parecía que era ahora cuando el reloj me hacía caso.
Durante todos los meses maldije al azar, al destino, a la alineación de planetas,
a todo lo que podría habérteme arrancado de las manos.
Hoy es 28 de octubre de dos mil nueve… hace sol fuera
pero no dentro de mi, en mi cabeza sigue haciendo el mismo tiempo
que me dejaste; cuanta ironía ¿verdad?
Llevo un año quitando el 28 de octubre de mi calendario,
me gustaría que no hubiese existido ese día,
así podrías seguir enseñándome tus fotos de chinita.
Te echo de menos prima.
No nos olvides, nosotros no lo haremos. Cuídate.
martes, 17 de noviembre de 2009
Lo mal que va todo...
miércoles, 4 de noviembre de 2009
miércoles, 21 de octubre de 2009
Reconoce que aún sigues pensando en mí.
Que a veces viene algo que te recuerda a mí.
Que escuchas esa cancion y se te viene mi imagen a la cabeza.
Que te da la impresión de que me ves por la calle.
Que me ves y a veces,cuando menos te lo esperas,
el corazón te da leves punzadas.
Que cuando estás con ella, a veces te acuerdas de mí.
Que cuando ella te acaricia hay un momento en el
que a veces piensas en mí.
Reconócelo... Sigues queriéndome a veces...
MaiGuns.
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domingo, 18 de octubre de 2009
Y aunque martirizaba a mi cabeza constantemente por acordarme de todo lo que hasta hacía tan poco me había hecho enloquecer y sonreir...
Y lo odiaba.
Odiaba no acordarme de su piel, de sus manos estrechando fuerte las mías para no pasar frío. Olvidé su cara; sus ojos penetrantes en los que tantas veces me sumergí; sus labios perfectos... y hasta su sonrisa, aquella sonrisa en la que se fijaba todo el mundo y que le hacía tan especial...
Olvidé todo eso... sin embargo, no puedo olvidar el perfume de su cuerpo.
Y eso es lo que odio por encima de todo...
Odio como se ha quedado ese olor grabado a fuego en mi mente; y odio cuando el cerebro me trae ese recuerdo. Me recuerda a todos los momentos malos en los que hundía mi cabeza en mis manos para llorar y respiraba su perfume impregnado en mis manos...
Mai Guns.
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viernes, 16 de octubre de 2009
(:
-Obvio que no...
-¿Entonces?
- No necesito la traducción... O sea, no me gusta Green Day por sus letras, la mayoría ni si quiera tienen sentido... Me gusta por el ritmo. Me encanta escuchar cómo Tré marca el ritmo de la canción con la batería, siento como me sube la adrenalina cada vez que empieza esa batería... Y me encanta como Mike da esos puntazos a la canción con cada nota que saca de ese, siento como me late el corazón cada vez más y más rápido, a medida que suenan más grabes las notas, más siento como me pesa el corazón. Pero lo que más me gusta es cuando llega Billie Joe y se marca esos solos con su Blue que le regaló su padre, hace que el corazón vaya en una milésima de segundo a ese ritmo frenético a que se me pare completamente, hasta hacer daño... Más de dos veces esos acordes me han sacado las lágrimas...
Luego está el rock español, mi segundo motivo de seguir viva... Cuando estoy "rara".. cuando necesito una frase con la que decir cómo me siento, es cuando escucho música que "entiendo" cómo dices tú, y ahí seguro que encuentro la frase justa que define mi estado...
Pero no necesito la letra delante para saber lo que dice la canción, el corazón me dice lo que dice esa canción...
Así que ya lo sabes... adoro la música, la adoro cuando suena sincera, cuando sientes que te falta el aire o simplemente tienes ganas de gritar, de llorar. Adoro la música porque me hace sentir que no estoy vacía por dentro, que aún vivo.
Mai.Guns
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